Manuel Barlett Díaz le mento la madre al comunicador Alejandro Barañano en su visita a BCS. En ese tiempo se postulaba como precandidato a la Presidencia de la República
Por Alejandro Barañano
Director del periódico digital Al Día BCS
Hay quienes aseguran que un reportero es aquel cuya principal actividad consiste en recolectar y presentar informaciones sobre un determinado evento o acontecimiento de cierta actualidad, o bien apersonarse en el lugar mismo donde se producen hechos significantes. Esto como consecuencia trae anécdotas que con el tiempo recordamos para bien o para mal, y nadie, absolutamente nadie que se dedique a este noble oficio está excenta de ellas.
Recuerdo que hace dos décadas atrás, allá por el año 2000, desde las oficinas del Partido Revolucionario Institucional de la Delegación Municipal de Cabo San Lucas me hicieron una llamada telefónica –esto en voz de su entonces dirigente Lyzzette Liceaga- donde se me comunicaba que Manuel Bartlett Díaz, quien se postulaba como precandidato a la Presidencia de la República por ese instituto político, visitaría las instalaciones del instituto tricolor de ese puerto.
Confirmé mi asistencia y el día convenido llegó, aun evoco que era media tarde cuando de repente arribó una camioneta Suburban de donde descendió el entonces ex gobernador de Puebla escoltado por varios “cuadros distinguidos” del priísmo cabeño, mismos que se pavoneaban y presumían que acompañaban del brazo a quien creían sería el futuro mandatario nacional.
Comenzaron a repartirse los primeros botes con agua entre quienes fueron llevados exprofeso –acarreados pues- para vitorear al “ilustre” visitante. Claro, no podían faltar tampoco la toma de fotografías, los besamanos y los abrazos efusivos para demostrar una jovial algarabía en favor de quien fuera miembro del gabinete de Carlos Salinas de Gortari, esto como Secretario de Educación Pública y posteriormente coordinador de Evaluación y Promoción de Proyectos de Desarrollo de la Secretaría de Desarrollo Social para la zona centro del país.
Luego vino el típico mensaje triunfalista por parte de quien ha sido vinculado a distintos hechos por demás polémicos, tanto de orden nacional como internacional, entre las cuales se pueden contar el fraude en la elección presidencial del año de 1988 y el asesinato del agente de la DEA, Enrique "Kiki" Camarena.
Al finalizar se permitió a los representantes de los medios de comunicación participar en una improvisada rueda de prensa, y de ahí viene la anécdota que a continuación detallaré.
Primero, por supuesto era obligado –como reportero en busca de una buena nota- hacer sentir cómodo al entrevistado, por lo que a Bartlett Díaz lo comencé a cuestionar sobre el futuro del PRI, su posible candidatura y el notorio emparejamiento que cada día venía mostraba Francisco Labastida Ochoa a su proyecto.
Con el garbo y salero que le caracteriza al poblado, recuerdo perfectamente bien que me respondió que seguro estaba que sería el abanderado tricolor –cosa que no fue así- y que Vicente
Fox Quesada no era más que un producto de la publicidad y que no tendría futuro alguno en la política, situación que como sabemos su vaticino no fue real ni mucho menos acertado.
Después directo y sin aspavientos, le interrogue su opinión sobre el asesinato del periodista Héctor Félix Miranda, quien se destacó por informar sobre política y el crimen organizado en el estado de Baja California, específicamente en Tijuana; y fue ahí cuando Manuel Bartlett comenzó a transformar su rostro, dando muestra clara de su incomodidad por el curioseo recién realizado, siendo entonces evasivo y saliéndose por la tangente con su respuesta.
Percibí entonces que era momento de mandar un tercer dardo más envenenado, y sin más ni más le cuestioné que para cuando tenía planeado visitar Disneylandia, y su furia se desató de inmediato con un: “¡Chinga tu madre!”.
Los presentes en el acto tricolor no sabían si festejar lo acontecido e hicieron mutis, pues por demás claro era motivado por el enojo y malestar de quien había provocado la “caída del sistema” como se le conoce al supuesto fraude electoral que se cometió para mantener en la Presidencia de la República al PRI en 1988.
En el fondo esa última pregunta fue porque en ese entonces Manuel Bartlett Díaz estaba siendo señalado e investigado por las autoridades norteamericanas por su supuesta participación y protección al crimen organizado –entiéndase caso Enrique “Kiki” Camarena- y obvio que por ello no podía ir a divertirse con Mickey Mouse ni con el Pato Donald al parque temático que está situado en Anaheim, California, porque si no, lo atraparían los gringos.
Debo de reconocer que esta es una de las anécdotas que más recuerdo con agrado, ello y a pesar de que me lleve una revenda mentada de madre por parte de quien Andrés Manuel López Obrador al asumir la Presidencia de México anunció como flamante director general de la Comisión Federal de Electricidad, situación que por cierto causó encontradas opiniones negativas debido a los oscuros antecedentes dentro de la política mexicana, y fue ahí donde Manuel Bartlett Díaz se llevó consigo sus propios recordatorios maternos.